domingo, 1 de julio de 2012

Rebajas Vs. Nueva Temporada


Día 1 de Julio de 2012. El día más importante para todos los consumidores españoles, hoy comienzan las rebajas y tengo que gritar con la poca voz que me queda:¡Bendito Internet!
Hoy es Domingo y el día ha aparecido nublado. Y aunque tenía pensamiento de pasar la resaca en una piscina relajada y con un mojito para amenizar el dolor de cabeza, pero creo que esas nubes que tapan el sol en realidad son cómplices del consumismo y el márketing que promocionan las rebajas de este año.
Es curioso, mientras me preparo el café matutino acompañado de unas tostadas con mermelada, antes de echarle un ojo a los diarios para conocer las noticias del país, la tentación llama a mi puerta, llama con tanta intensidad que no puedo hacerle caso omiso. ¡Solo un vistazo!
Rápidamente abro una nueva pestaña en Safari y tecleo el nombre de mi tienda favorita, veamos... ¿Qué cosas habrán rebajado? ¿Serán prendas muy antiguas? ¿el descuento será suficiente como para que caiga en sus redes? Internet, la herramienta que maneja el demonio ha creando las tiendas on-line.
Cuando me quiero dar cuenta, no solo tengo una, sino muchas y variadas pestañas abiertas en la misma hoja de Safari, en los títulos puedes leer claramente el nombre de todas mis tiendas favoritas donde suelo consumir habitualmente.
Repasando uno a uno los modelos, me doy cuenta que mis ojos, mi mente y mi cuerpo se han enamorado fervientemente de unos zapatos: Un botín campero con piel de oveja negra y lleno de tachuelas. Así dicho suena al par de zapatos más macarra del mundo, pero en realidad no lo son, ya me estoy imaginando en mi mente mil y una combinaciones perfectas para llevarlos puestos. Cual es mi sorpresa que ¡son de nueva temporada! No podía ser de otra manera. Sinceramente, no soy una buena compradora en las rebajas, siempre me cuesta encontrar cosas que me gusten y en ese caso, casi nunca queda mi talla.
Estoy dispuesta a hacer un esfuerzo y cuando voy a buscar mis talla ¡No puede ser! ¿Solo queda el 36? ¿Pero cómo es posible?
Creo que ahora necesito aún más esos camperos con tachuelas. Con esto deduzco que más de una persona habrá tenido el mismo pensamiento que yo. ¿En realidad somos tan inconformistas? ¿Por qué no podemos tener suficiente con lo que ya tenemos?



Si la historia sobre mi botín de nueva temporada la trasladaramos a la vida real en forma de relación de pareja, mi pregunta sería la siguiente: ¿cuando conocemos a alguien nuevo que nos destella dejándonos ciegos esperamos en el fondo que sea la persona de nuestra vida? Sinceramente, creo que sí. Quizás no lo tengamos muy claro al principio, pero lo que sí que es cierto es que en tu interior empiezan a barajarse ciertas dudas y planteamientos.
¿Qué ocurre si no queda tu talla? Lo ideal es ni tan si quiera plantear el comprarlo, pero cuando el flechazo es tal, haces que los dedos de tus pies se encojan en una talla 36 y aún sabiendo que vas a sufrir enormemente, pones la mejor de tus sonrisas y llevas esos botines con el mayor de tus orgullos.
Cuando inicias una relación de pareja en la que sabes que tienes cosas en común, pero que también hay un abismo de gustos entre los dos, piensas que en el fondo sois perfectos porque os podéis complementar el uno al otro. No te importa si es una talla 36 mientras puedas caminar con ellos porque crees que es el broche perfecto a tu modelo. Lo que ocurre es que al cabo de un tiempo los dedos de los pies se te deformarán, saldrán cayos y heridas, el sufrimiento estaba asegurado 100% en tu compra. ¿Es el autoengaño la mejor arma para el consumo?
Estoy segura de que llega un punto en la relación en la que debes de poner fin. Es el momento más doloroso. ¿Por qué separarte de algo que te gusta tanto? ¿Solemos consumir amor de la manera más inconsciente y arriesgada posible aún sabiendo que tenemos un alto porcentaje de probabilidades de sufrimiento? ¿Se podría considerar esto una adicción?


Ava N.G.